31/3/20

12 cameranos que dejaron huella (7 de 12): Fernando López González


Por Fernando Alonso González

Con Fernando López comenzamos la relación de cameranos que llegaron en la que hemos denominado segunda oleada, en la década de los años cuarenta del siglo XIX, frente a los seis que hemos estudiado en los apartados anteriores, que corresponden con la primera oleada, aquella que podemos situar en los últimos años del XVIII y primeros del XIX.

Fernando López González había nacido en Soto de Cameros en torno a 1830 y llegó a Málaga cumplidos los diez años de edad. Se estableció en la calle San Juan, números 34 y 36, en el local donde hoy abre sus puertas Calzados Hinojosa, y fundó junto con su hermano Alejo en 1857 una fábrica de chocolate llamada, como no podía ser de otra manera, La Riojana. La fábrica disponía de una máquina de vapor de 70 caballos y era la única fábrica moderna de chocolates que había en Málaga. Era capaz de fabricar 2.000 libras diarias de chocolate (unos 900 kilos) de tres tipos: superfino, superfino con soconusco y de vainilla.

También eran propietarios de un almacén de géneros coloniales y extranjeros y vendían en exclusiva el café de Puerto Rico. Los hermanos Fernando y Alejo López González, que comercialmente eran conocidos como López Hermanos, construyeron además una fábrica de azúcar en 1862. Estaba en el número 105 de la calle Mármoles, en el solar llamado Huerto de Zamarrilla, que daba frente a la calle del Campillo, hoy avenida de Barcelona, que entonces era una zona industrial en el extrarradio de Málaga. En ese mismo año de 1862 consiguieron la medalla de primera clase en la Exposición Provincial, que visitó la reina Isabel II.

En 1888 ampliaron el negocio y se dedicaron a fabricar galletas y bizcochos. Llegaron a tener sucursales en Sevilla y Cádiz. Desde finales del siglo XIX se instalaron en la calle Larios 1, hasta que en 1902 Leopoldo García compró La Riojana.